Durante nuestros periodos como estudiantes hemos tenido maestros buenos y no tan buenos, de los que sienten la materia que enseñan y de los que sin parar de mirar el reloj, recitan el tema.
Todas recordamos con un cariño especial a los que con ganas e ilusión nos regalaron el gusto por la lectura, ciencias, arte o matemáticas. Cuando alguien realiza el trabajo que le gusta, es capaz de transmitir un poco de lo que disfruta. Si esto es importante en cualquier profesión cuando nos referimos a la docencia, es imprescindible.
Con la ilusión de llegar a ser unas maestras capaces de transformar el aprendizaje en una experiencia positiva, iniciamos la aventura de este blog.